Al principio pensé en dar a conocer una figura totalmente desconocida pero hoy el corazón me puede y aunque sea a toda prisa, voy a dedicarle esta entrada a mi jefa. Flor dirá que soy una pelota pero de todos modos lo haré porque se sí, porque se lo merece por ser una de las imprescindibles, una mujer luchadora, íntegra, honesta, coherente, infatigable....
María José Ramos Rubiera nació, nunca sé si el 7 ó el 8 de febrero, en la calle La Nalona en Sama (Langreo) en el año 1956. Su madre, Argentina Rubiera, estuvo presa y sufrió las represalias de la dictadura por defender los ideales socialistas. Vivían del negocio familiar, una tienda de las de toda la vida, de esas con cajas de sardinas salonas y libreta "de apuntar", hasta que a los quince años y tras morir su padre se trasladaron a Gijón, donde empieza su andadura política en las Juventudes Socialistas, la UGT y el PSOE.
María José Ramos es una de las madres de la democracia, fué concejala en la primera corporación democrática gijonesa en el año 1979 y allí ocupó diversas responsabilidades hasta que en 1999 accede al Gobierno del Principado de Asturias, como Consejera de Presidencia, cargo que sigue desempeñando en la actualidad.
Ha tenido responsabilidades en muy diversas áreas de gobierno, igualdad, administración local, seguridad pública, interior, justicia, emigración... y su compromiso feminista ha marcado su trayectoria personal y política.
Las incipientes políticas municipales de igualdad en Gijón, la creación del Instituto Asturiano de la Mujer, el Consejo Asturiano de la Mujer, las Casas de Encuentro de las Mujeres, la Red de Casas de Acogida, la Casa Malva, la Escuela de Emprendedoras o la futura Ley del Principado de Asturias para la igualdad de mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género, todos estos proyectos que ella llama "compartidos", son en realidad fruto de su iniciativa, de su trabajo y de su empeño.
En estos malos tiempos para la política, ella es una de esas personas que la llenan de dignidad, es la política con mayúsculas. Yo además estoy segura de que ni las políticas de igualdad ni el movimiento feminista asturiano serían, sin ella, lo que son hoy, así que gracias!