Como cada año, el Día Internacional de las Mujeres se convierte en una cita ineludible para quienes entendemos la igualdad entre mujeres y hombres como un elemento esencial de una sociedad más libre, democrática y justa. Es también una ocasión de excepción para dar a conocer la necesidad de alcanzar un mayor compromiso social a favor de la igualdad.
«Igualdad con todas las letras» es el lema elegido por el Instituto Asturiano de la Mujer para este 8 de marzo. Con «a» de astrónoma, con «b» de bombera, con «c» de científica, con «d» de directora... todas y cada una de las letras del abecedario son expresivas de la multitud de opciones y trayectorias profesionales que las mujeres deben aspirar a ejercer en condiciones de igualdad.
Un mensaje que, inevitablemente, debemos vincular al impulso de la igualdad en la educación, un espacio fundamental para nuestro crecimiento como personas libres y responsables con el mundo que nos ha tocado vivir, para la promoción de los valores ligados al concepto de ciudadanía, y decisivo para impulsar políticas cuyo fin sea que nuestra vida, nuestra trayectoria personal y profesional, lo que podemos ser y soñar, no esté escrito de antemano por el hecho de haber nacido niño o niña.
El año pasado por estas fechas conmemorábamos el centenario del libre acceso de las mujeres a la universidad. Hoy en la Universidad de Oviedo las chicas suponen más de la mitad del alumnado, siendo mayoría en todas las especialidades, excepto en las enseñanzas técnicas, donde, aunque la tendencia es creciente, no alcanzan al 30 por ciento del total.
Esta misma tendencia se observa también ya en la elección de los bachilleratos, y es obligación de quienes estamos al frente de las administraciones públicas, de quienes tenemos un compromiso con el impulso de la igualdad de mujeres y hombres, tratar de invertirla, incrementando esfuerzos y recursos para no seguir desperdiciando la capacidad de tantas y tantas mujeres.
Hablamos de una cuestión de justicia social, de equidad, pero también de un asunto que tiene que ver con la eficiencia, con la rentabilidad económica, con el aprovechamiento de unos recursos humanos y de un talento del que no podemos prescindir. Hablamos de hacer, además, políticas que impidan que, a igual mérito y capacidad, el sexo actúe inclinando siempre la balanza del mismo lado.
Contar con las mujeres es, en definitiva, imprescindible para construir un modelo social verdaderamente cohesionado y sostenible, en términos económicos, ecológicos y humanos.
Por ello, las administraciones públicas asturianas impulsadas por las organizaciones de mujeres hemos trabajado duro para dotarnos de dos instrumentos que nos van a permitir continuar avanzando en igualdad y que van a ser claves para el futuro de Asturias.
Uno es la Escuela de Emprendedoras y Empresarias que pronto abrirá sus puertas en Avilés. Se trata de un elemento decisivo no sólo para impulsar el principio de igualdad en las políticas de fomento de la cultura emprendedora, sino también para favorecer la igualdad en el mercado de trabajo, apoyando el acceso y la permanencia de las mujeres en el empleo.
El otro es la ley del Principado de Asturias para la igualdad de mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género, una herramienta de futuro que proporcionará un impulso definitivo a las políticas públicas para la igualdad en Asturias y servirá para seguir acortando distancias entre la igualdad formal y la igualdad real, fijando entre sus objetivos más importantes: la igualdad en el mercado de trabajo y la educación en y para la igualdad.
Estamos ante una ley que nace de la convicción de que las mejores políticas contra la violencia hacia las mujeres son las políticas de igualdad y de que sólo lograremos erradicar el maltrato cuando las relaciones entre los sexos se basen en la libertad, el respeto y la igualdad. Una ley, en definitiva, buena para las mujeres, pero mejor aún para el conjunto de la sociedad.
Feliz Día Internacional de las Mujeres.
María José Ramos, Consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad
«Igualdad con todas las letras» es el lema elegido por el Instituto Asturiano de la Mujer para este 8 de marzo. Con «a» de astrónoma, con «b» de bombera, con «c» de científica, con «d» de directora... todas y cada una de las letras del abecedario son expresivas de la multitud de opciones y trayectorias profesionales que las mujeres deben aspirar a ejercer en condiciones de igualdad.
Un mensaje que, inevitablemente, debemos vincular al impulso de la igualdad en la educación, un espacio fundamental para nuestro crecimiento como personas libres y responsables con el mundo que nos ha tocado vivir, para la promoción de los valores ligados al concepto de ciudadanía, y decisivo para impulsar políticas cuyo fin sea que nuestra vida, nuestra trayectoria personal y profesional, lo que podemos ser y soñar, no esté escrito de antemano por el hecho de haber nacido niño o niña.
El año pasado por estas fechas conmemorábamos el centenario del libre acceso de las mujeres a la universidad. Hoy en la Universidad de Oviedo las chicas suponen más de la mitad del alumnado, siendo mayoría en todas las especialidades, excepto en las enseñanzas técnicas, donde, aunque la tendencia es creciente, no alcanzan al 30 por ciento del total.
Esta misma tendencia se observa también ya en la elección de los bachilleratos, y es obligación de quienes estamos al frente de las administraciones públicas, de quienes tenemos un compromiso con el impulso de la igualdad de mujeres y hombres, tratar de invertirla, incrementando esfuerzos y recursos para no seguir desperdiciando la capacidad de tantas y tantas mujeres.
Hablamos de una cuestión de justicia social, de equidad, pero también de un asunto que tiene que ver con la eficiencia, con la rentabilidad económica, con el aprovechamiento de unos recursos humanos y de un talento del que no podemos prescindir. Hablamos de hacer, además, políticas que impidan que, a igual mérito y capacidad, el sexo actúe inclinando siempre la balanza del mismo lado.
Contar con las mujeres es, en definitiva, imprescindible para construir un modelo social verdaderamente cohesionado y sostenible, en términos económicos, ecológicos y humanos.
Por ello, las administraciones públicas asturianas impulsadas por las organizaciones de mujeres hemos trabajado duro para dotarnos de dos instrumentos que nos van a permitir continuar avanzando en igualdad y que van a ser claves para el futuro de Asturias.
Uno es la Escuela de Emprendedoras y Empresarias que pronto abrirá sus puertas en Avilés. Se trata de un elemento decisivo no sólo para impulsar el principio de igualdad en las políticas de fomento de la cultura emprendedora, sino también para favorecer la igualdad en el mercado de trabajo, apoyando el acceso y la permanencia de las mujeres en el empleo.
El otro es la ley del Principado de Asturias para la igualdad de mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género, una herramienta de futuro que proporcionará un impulso definitivo a las políticas públicas para la igualdad en Asturias y servirá para seguir acortando distancias entre la igualdad formal y la igualdad real, fijando entre sus objetivos más importantes: la igualdad en el mercado de trabajo y la educación en y para la igualdad.
Estamos ante una ley que nace de la convicción de que las mejores políticas contra la violencia hacia las mujeres son las políticas de igualdad y de que sólo lograremos erradicar el maltrato cuando las relaciones entre los sexos se basen en la libertad, el respeto y la igualdad. Una ley, en definitiva, buena para las mujeres, pero mejor aún para el conjunto de la sociedad.
Feliz Día Internacional de las Mujeres.
María José Ramos, Consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad
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